sábado, 6 de septiembre de 2014

Trees

Hola! Qué tal?

Hoy comienzo a escribir para compartirles uno de mis pasatiempos favoritos, que consiste en cultivar, plantar y leer acerca de los árboles. Tengo 26 años y soy un hombre!


Considero a los árboles como seres generosos, los más generosos que existen en el mundo, ya que como bien dijo Buda proveen sombra y fruta incluso a áquel que empuña un hacha para cortarlos. Derivado de este concepto, pienso que plantar un árbol es un acto de generosidad (por los múltiples beneficios que aporta a los demás seres vivos) y de esperanza (ya que se trata de un acto de buena voluntad). 

Entre los beneficios, están: captadores de lluvia, reguladores del clima, protectores de la tierra al evitar su erosión, hogar de múltiples animales, proveedores de alimento, y espiritualmente (en mi caso), una extensa fuente de tranquilidad. 

Vivo en el centro de México, una región que tiene lugares que dependiendo de la altitud sobre el nivel de mar, tendrán un eterno clima cálido o bien un clima helado todo el tiempo, pasando por infinidad de climas intermedios. 

Gracias a esto he podido apreciar una infinidad de paisajes cuya vegetación van de las palmeras tropicales a los pinos que crecen a la mayor altitud del mundo (más de 4000 metros en el Pico de Orizaba). 








Inicié con esta actividad en el año 2006, a la fecha he ampliado mis conocimientos sobre el área, y les iré hablando poco a poco de las plantaciones que he hecho y que vaya haciendo.  Iré mostrando árboles de clima muy cálido, clima templado y de clima frío. 

Mi árbol favorito es un abeto, se le conoce en mi país como oyamel. Su nombre científico es Abies religiosa. Crece en el centro de México en altas elevaciones 2500-3600 metros de altitud. Requiere alta humedad ambiental y climas de templados a fríos. No tolera el calor ni el aire seco. Los abetos son muy comunes en los bosques boreales de Canadá y Estados Unidos, sin embargo en México su distribución es mucho más pequeña, debido a que existen menos lugares que cumplen con la temperatura y humedad requeridas para su crecimiento. Los bosques de oyamel localizados en los límites de los estados de México y Michoacán son el refugio invernal de la mariposa monarca que migra desde el este de Estados Unidos y Canadá. Esta migración es considerada uno de los espectáculos más grandes de la naturaleza, por dos factores principalmente: la fragilidad de la mariposa y por que la mariposa que llega a México nunca había estado aquí (la manera en que se orientan es un misterio aún). 

Voy a mostrarles fotos de los oyameles que tengo plantados:






Con este bello árbol me despido, seguiré escribiéndoles acerca del tema, espero dejen sus comentarios. :D

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